Sus hojas secas son utilizadas en muchos lugares de la India y de África para tratar malnutrición. Las hojas son cocinadas como espinacas o secadas y polvoreadas como condimento. En la medicina natural se utiliza en té, compresas frías y calientes, masajes y baños. Existen una gran cantidad de estudios científicos que alaban sus múltiples propiedades.

Inclusive después de deshidratadas las hojas contienen:

15 veces más potasio que una banana
4 veces más fibra que la avena
25 veces más hierro que las espinacas
10 veces más vitamina A que la zanahoria
2 veces más proteínas que el yogur
Sus hojas, aceite y semillas poseen una gran cantidad de antioxidantes, minerales, vitaminas y compuestos antiinflamatorios, presentes en alta concentración:

Vitaminas: A, E, C, K, B (B1-tiamina, B2-riboflavina, B3-niacina), alfa caroteno, beta caroteno, zinc, alanina, prolina, selenio, hierro, indol ácido acético, rutina, clorofila, metionina, ácido palmitico, potasio, zeatina, entre otros.

Las semillas son tostadas y consumidas como nueces. El bizcocho que resta luego de extraer su aceite es utilizado como fertilizador, purificador de agua y removedor de sal de agua marina.

Dolencias afectadas por la moringa
Es de gran utilidad en el tratamiento de:

Heridas
Sangrados
Dolores de muelas
Encías inflamadas
Dolores abdominales
Abscesos
Asma
Artritis
Quemaduras
Constipación (estreñimiento)
Fatiga
Histeria
Insomnio
Fiebre
Dolores de cabeza
Envenenamiento
Picaduras
Infecciones de oído
Presión alta de la sangre
Caída del cabello
Precauciones
Dosis muy altas pueden molestar el estómago y producir nauseas y diarrea. No debe ser consumida por mujeres en lactancia o embarazadas debido a que los nutrientes son demasiado fuertes para el infante. Lo mismo que en grandes dosis es considerado un abortivo por el trabajo que hace en el área abdominal. Se han visto casos de baja fertilidad su consumo es abusivo. Como bien sabemos todo en exceso hace daño. Así que seamos conscientes en su ingesta.